Debería empezar a poner títulos pro SEO, de esos que le gustan a Google porque la gente los busca compulsivamente en busca de un rayo de información que ilumine sus vidas. Pero no me sale. Chorradas se me ocurren muchas; eso sí, no sé si tendrán el interés suficiente para captar tu atención. La única certeza que tengo es que, sin lugar a dudas, en este Mi Cuaderno puedes encontrarte casi cualquier cosa. No pienso auto-censurarme, ¡hasta ahí podíamos llegar! Estoy segura de que por aquí encontrarás faltas de ortografía, textos que estarían más felices en la basura y opiniones que no te importan un pimiento. ¿Y qué le hago? Un cuaderno no es un cuaderno de verdad sin borrones. Y yo, que diría Chenoa, «soy humana».

Pero estás aquí, y por lo que parece sigues leyendo. Así que me tomo la libertad de hacerte una confesión del tipo:

– Hola, me llamo Lara y empezar a bordar me ha cambiado la vida.

Tengo 34 años, vale casi 35 que el 23F está a la vuelta de la esquina, y es ahora cuando descubro algo que ya sabía desde pequeña:

Entre hilos, agujas y telas soy la mar de feliz.

Y esta revelación me ha llegado gracias a empezar a bordar. El tiempo se detiene, los problemas desaparecen y si no fuera por el tremendo dolor de espalda que me da estar muchas horas seguidas bordando, podría tirarme así la vida perdurable.

Bordar está siendo mi psicoanalista en estos tiempos convulsos. Por si a ti también te sirve, aquí van 10 cosas que he aprendido bordando:

1.A tener paciencia. El bordado manual es una técnica lenta que requiere de pausa. Si eres una ansias como servidora, te vendrá de lujo para frenar, respirar y valorar que un guiso de puchero tiene más matices que uno que haces con la olla express (aunque solo sea porque le coges más cariño de todo el tiempo que te pasas cocinándolo)

2.A disfrutar del proceso: viene al hilo de la anterior. Al ser una técnica que se toma su tiempo, el camino es mucho más importante que el resultado. No se trata de llegar a una meta, sino de vivir la carrera. Una vez estuve en la Behobia, no te asustes, no me dio por hacer deporte, eso no es lo mío (de momento) pero si fui a animar. Me pareció precioso que en todas las partes del recorrido había gente dispuesta a levantar el ánimo de los corredores y que ellos mismos se ayudaban unos a otros para llegar al final. Lo emocionante era lo que pasaba «durante», después ya todo había terminado.

beneficios de bordar

3.Inevitablemente, dejas una parte de ti en el bordado. Esto es así, en las puntadas se nota mucho si en ese momento estabas contenta, angustiada, con rabia…En ellas se quedan grabadas para siempre las emociones que convivieron contigo durante esa labor. Y es precioso cuando luego pasa a ser de otra persona, que a su vez imprime en ella su huella. Siempre me imagino los bordados como algo que pasa de generación en generación. desgastándose con el tiempo pero cada vez con más vida.

4.La imperfección es magia. Si esperas que te salga un bordado manual hiper-mega perfecto, eres una máquina (en sentido literal te lo digo). Lo entrañable está en esa puntada suelta, esa «mentirijilla» que aparece en el bordado, la triquiñuela que te inventas para volver a la puntada…

5.Todo cuenta una historia. Y cuando digo todo es TODO. Los colores que eliges, el tipo de puntada, la tela, el hilo…Bordar es narrar con una aguja y lo que tengas más a mano. ¡Hay quien  borda hasta con hilo de papel!

6.La creatividad no tiene más límites que los que tú le pones. Menos pensar que tienes que crear obras dignas de estar en un museo (si en los museos se expusieran piezas de bordado y se tuviera en cuenta a las mujeres) y más hacer sin pretensiones.

7.»Si te pinchas es que va a gustar«, esto me decía mi abuela. Yo me pincho mucho así que mis cosas parece que van a gustar una barbaridad.

beneficios de bordar

8.Lo que no se ve es muy importante: las expertas dicen que una buena bordadora se ve en cómo son las partes de atrás de sus bordados. Vamos, que de poco sirve que te pongas bien guapa si luego por dentro te sientes como una mierda. El bordado siempre tiene 2 caras y cada una de ellas te cuenta la misma historia pero de diferente manera. Las partes de atrás me parecen MAGIA.

9.Bordar te convalida primero de meditación: o al menos a mí. Entro en trance y solo salgo de él cuando la vida real llama a mi puerta.

10.La experimentación es lo divertido: quitar presión y dejarse llevar. ¿Puede haber un plan mejor?

Se nota que estoy enamorada de esta técnica, ya me iba yo a Lesage a estudiar…

Fotos: Esther Rija

Pssst!! No son cookies de chocolate, pero tampoco hacen daño ni provocan caries, hazme caso, ¿vale?    Más información
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