…y espero que no sea la última.
INCISO: no se puede desafiar a Murphy sin pretensiones grandilocuentes y menos ganarle sola la batalla. He rogado, de rodillas y con palabras suplicantes, a una persona con más talento del que se imagina que de vez en cuando pase a visitarnos. Ella, tímida de nacimiento y por afición, se oculta bajo el pseudónimo de «La bien pagá». Todas las divas tienen nombre falso.
Sí, es la primera vez que escribo en un blog, y como casi siempre las primeras veces son confusas y a menudo salen bastante peor de lo que habías imaginado. Es fácil cuando ves (en mi caso lees) a los demás pero cuando te toca en primera persona, te acuerdas del sabio refranero español “los toros mejor desde la barrera”. A pesar de ello me he dejado engatusar por Murphy y aquí estoy rellenando algo mas de 140 caracteres con todas sus letras, sus tildes, sus comas, que en los tiempos que corren creo que es más un acto de nostalgia, necesidad y buen gusto que de modernidad (aunque a moderna no me gana nadie, dan fe todos/as los notarios que me conocen).
Y siguiendo con la ceremonia del primer post, ese en el cual te presentas y dices lo mucho que te gusta esto o lo otro, o lo fan que eres de ésta o aquella, o lo mucho que te interesa… Pues bien, diré que en mi caso con una frase basta para presentarme e ir abriendo boca (siempre he sido mas fan de «lo bueno si breve dos veces bueno», de formación profesional esto de los eslóganes y las frases).
Cada uno es como es y baja las escaleras como puede.
El resto, lo de quién, cómo y de qué manera soy lo dejo para que las mentes brillantes que leen este blog lo descubran poco a poco. Sería muy osado por mi parte hablar de mí así en frío y sin anestesia.
Han tenido que pasar unos cuantos días antes de decidirme a colaborar de manera completamente esporádica, libre y estelarmente en este blog, pero no se me olvida ese día en el que un amigo vio algo en mi y me dijo “Haz tu propio blog”. Recuerdo esa tarde, y esa ilusión. Algún día haré caso a aquel amigo que no lo logró pero casi. De momento, he sucumbido a los ruegos y peticiones de ella, que un buen día decidió empezar a hacer sus sueños realidad y pensó en mí para compartirlos.
El único deber del hombre es divertirse terriblemente
Pues eso, mi primer consejo es hacer caso al gran Oscar Wilde y vivir.
Firmado: La bien pagá
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