¿Nuevo? No nos engañemos, aunque nos gusta pensar que el cambio de año nos hará mas valientes, más fuertes, más altos, más guapos, más afortunados en realidad no será así. Como la mayoría de (des)propósitos con los que llenamos listas y listas estos días, todos estos sueños quedaran en eso, pero ¿qué sería de la vida sin ellos? (hay que creer un poquito más en Calderón). Por eso esta noche beberé lo mismo, cenaré lo mismo, estaré con la misma gente y me comeré las mismas 12 uvas del 2011 y desearé que en el 2013 me haga más valiente, más fuerte, más alta, más guapa, más afortunada porque en el fondo creer que puede ser es lo que lo hace un poquito mas real. Y, como buen ser humano, haré mi propia lista pero este año cambiaré la de “propósitos” por una de todo aquello bonito que en este 2012 me ha hecho sonreír y procuraré que el próximo año sea todavía más larga, ese será mi único gran propósito.

2013 no es año para supersticiosos por eso dejaré de creer durante 12 meses en la mala suerte del 13, los gatos negros, los espejos rotos y la sal en la mano.

Ahora solo queda pintarse el ojo, pasarse con la purpurina, el vino y el cava, desgastar los tacones a golpe de galas refritos o cotillones infinitos, sonreír y lo más importante ser felices.

Parafraseando a Will Nelson diré que tengo un maravilloso futuro detrás de mí y uno todavía mejor delante. Feliz Año.

La bien pagá

Pssst!! No son cookies de chocolate, pero tampoco hacen daño ni provocan caries, hazme caso, ¿vale?    Más información
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